La terapia del lenguaje

La comunicación es la interacción entre los hombres, es el intercambio de mensajes en forma intencional y relevante entre un emisor y un receptor de forma consciente a través del lenguaje expresivo y comprensivo, donde interviene el campo cognitivo, físico y fisiológico.
La comunicación integra cuatro estructuras de gran importancia como son: la neurológica, la psicológica, la lingüística y la social, las cuales permiten la codificación y descodificación de los actos comunicativos, o sea, hacen la función de traductor del pensamiento del hombre en palabras.
El profesional en terapia del habla, lenguaje, voz y aprendizaje, también llamado logopeda, foniatra o fonoaudiólogo, según el país y la preparación adquirida, está capacitado en la atención de los trastornos de la articulación del lenguaje, problemas de fluidez, trastornos orales, motores y de la voz, como también del lenguaje receptivo y expresivo y de los problemas de lecto−escritura.
Los terapeutas de esta área tienen como objetivo primordial establecer o restablecer la comunicación lingüística no desarrollada, alterada o interrumpida, en las diferentes dimensiones del lenguaje a nivel semántico (significado de la palabra); pragmático (eficacia, impresión de la palabra); morfosintáctico (formación, coordinación y unión de las palabras para formar las oraciones y expresar los conceptos) y fonológico (voz, sonidos y logos).
Antes de iniciar la terapia se debe hacer una evaluación para determinar el tipo y grado de dificultad que el paciente presenta, y dependiendo del resultado, se elabora un plan de trabajo que debe ser apoyado por los padres. Los resultados arrojados en la evaluación estarán dentro de las siguientes áreas:
Alteraciones de la voz: afonía, disfonías.
Alteraciones de la audición: hipoacusia, sordera.
Alteraciones del habla: disfemias, dislalias, disartria y retraso del habla.
Alteraciones de lenguaje: retraso del lenguaje, trastorno específico del lenguaje, afasias, mutismo selectivo.
Alteraciones de la comunicación: dificultad en el uso social del lenguaje, trastorno pragmático.
Alteraciones de la lectura y escritura: dislexia, alexia, digrafía, agrafia y disortografia en la comprensión lectora, discalculia. Y otras alteraciones que afectan al lenguaje, habla o voz.
¿Qué nos hace pensar que necesitamos de una terapia del lenguaje?
ï Mutismo: El niño no habla o habla poco al cumplir los 3 años.
− Ininteligibilidad del lenguaje: no se le comprende lo que habla el niño.
− Sustitución de un sonido por otro.
− Omisión o adicción de sonidos al hablar.
− Incapacidad para articular algunos sonidos.
− Afonías frecuentes.
− Tartamudez.
− Retardo o problema con la lectura/escritura, retraso del desarrollo que conlleva retraso cognitivo u otros, vocabulario escaso o inadecuado para su edad.
− Disfagia oral/ trastorno de la alimentación.
− Lesiones cerebrales traumáticas.
Para un mejor pronóstico
Las terapias deben comenzar lo antes posible, ya que los estudios arrojan que los niños que empiezan a los tres años tienen mejor pronóstico, así como los adultos que empiezan su terapia después de un evento. Y su frecuencia depende del grado de afectación. También debemos observar el desarrollo del lenguaje del niño, el cual a los dos años comprende hasta 1,000 palabras y puede usar entre 200 y 300 palabras. De los 3 a los 5 años, comprenden entre 2,000 y 3,000 palabras y su vocabulario expresivo es de 500 a 1,000 palabras.
Debemos evaluar la calidad del: a) Lenguaje receptivo (comprende el lenguaje y adquiere el significado de la palabra). b) Expresivo, permite al niño expresarse por medio de gestos, señas o palabras. Y c) lenguaje articulado, que es la habilidad de emitir sonidos, fusionarlos y producir sílabas, palabras, frases y oraciones que expresan ideas.
No debemos de seguir comentarios sin ningún fundamento, como por ejemplo:"su papá o mamá habló tarde? o"en esta familia generalmente hablan tarde, ya aprenderá?;"cuando vaya creciendo hablará mejor?, etc. Sino que a través de la observación podríamos detectar cualquier problemática y buscar la opinión profesional y empezar una terapia sin pérdida de tiempo y obtener mejores resultados.
La comunicación integra cuatro estructuras de gran importancia como son: la neurológica, la psicológica, la lingüística y la social, las cuales permiten la codificación y descodificación de los actos comunicativos, o sea, hacen la función de traductor del pensamiento del hombre en palabras.
El profesional en terapia del habla, lenguaje, voz y aprendizaje, también llamado logopeda, foniatra o fonoaudiólogo, según el país y la preparación adquirida, está capacitado en la atención de los trastornos de la articulación del lenguaje, problemas de fluidez, trastornos orales, motores y de la voz, como también del lenguaje receptivo y expresivo y de los problemas de lecto−escritura.
Los terapeutas de esta área tienen como objetivo primordial establecer o restablecer la comunicación lingüística no desarrollada, alterada o interrumpida, en las diferentes dimensiones del lenguaje a nivel semántico (significado de la palabra); pragmático (eficacia, impresión de la palabra); morfosintáctico (formación, coordinación y unión de las palabras para formar las oraciones y expresar los conceptos) y fonológico (voz, sonidos y logos).
Antes de iniciar la terapia se debe hacer una evaluación para determinar el tipo y grado de dificultad que el paciente presenta, y dependiendo del resultado, se elabora un plan de trabajo que debe ser apoyado por los padres. Los resultados arrojados en la evaluación estarán dentro de las siguientes áreas:
Alteraciones de la voz: afonía, disfonías.
Alteraciones de la audición: hipoacusia, sordera.
Alteraciones del habla: disfemias, dislalias, disartria y retraso del habla.
Alteraciones de lenguaje: retraso del lenguaje, trastorno específico del lenguaje, afasias, mutismo selectivo.
Alteraciones de la comunicación: dificultad en el uso social del lenguaje, trastorno pragmático.
Alteraciones de la lectura y escritura: dislexia, alexia, digrafía, agrafia y disortografia en la comprensión lectora, discalculia. Y otras alteraciones que afectan al lenguaje, habla o voz.
¿Qué nos hace pensar que necesitamos de una terapia del lenguaje?
ï Mutismo: El niño no habla o habla poco al cumplir los 3 años.
− Ininteligibilidad del lenguaje: no se le comprende lo que habla el niño.
− Sustitución de un sonido por otro.
− Omisión o adicción de sonidos al hablar.
− Incapacidad para articular algunos sonidos.
− Afonías frecuentes.
− Tartamudez.
− Retardo o problema con la lectura/escritura, retraso del desarrollo que conlleva retraso cognitivo u otros, vocabulario escaso o inadecuado para su edad.
− Disfagia oral/ trastorno de la alimentación.
− Lesiones cerebrales traumáticas.
Para un mejor pronóstico
Las terapias deben comenzar lo antes posible, ya que los estudios arrojan que los niños que empiezan a los tres años tienen mejor pronóstico, así como los adultos que empiezan su terapia después de un evento. Y su frecuencia depende del grado de afectación. También debemos observar el desarrollo del lenguaje del niño, el cual a los dos años comprende hasta 1,000 palabras y puede usar entre 200 y 300 palabras. De los 3 a los 5 años, comprenden entre 2,000 y 3,000 palabras y su vocabulario expresivo es de 500 a 1,000 palabras.
Debemos evaluar la calidad del: a) Lenguaje receptivo (comprende el lenguaje y adquiere el significado de la palabra). b) Expresivo, permite al niño expresarse por medio de gestos, señas o palabras. Y c) lenguaje articulado, que es la habilidad de emitir sonidos, fusionarlos y producir sílabas, palabras, frases y oraciones que expresan ideas.
No debemos de seguir comentarios sin ningún fundamento, como por ejemplo:"su papá o mamá habló tarde? o"en esta familia generalmente hablan tarde, ya aprenderá?;"cuando vaya creciendo hablará mejor?, etc. Sino que a través de la observación podríamos detectar cualquier problemática y buscar la opinión profesional y empezar una terapia sin pérdida de tiempo y obtener mejores resultados.

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